jueves, 13 de octubre de 2011

LA PSICOMOTRICIDAD APLICADA COMO MEDIO TERAPEUTICO

LA PSICOMOTRICIDAD APLICADA COMO MEDIO TERAPEUTICO

La psicomotricidad nació en los servicios de neuro-psiquiatría infantil, con el nombre de reeducación psicomotriz. Su imagen primera está ligada a la patología.
Posteriormente André Lapierre y Bernard Aucouturier crean un enfoque llamado educación vivenciada, la cual iniciaron por que consideran el movimiento como elemento insustituible en el desarrollo infantil.
No debemos identificar la psicomotricidad exclusivamente con el ámbito de la educación física, el término psicomotricidad se refiere a una concepción de la naturaleza humana definida desde un modelo global y unitario que permitirá, en el universo de la educación, sustentar diversas estrategias educativas y elegir unos determinados objetivos educativos, sea cual fuere el medio elegido (el matemático, el sonoro y musical, el plástico).
OBJETIVO DE LA PSICOMOTRICIDAD
El objetivo de la psicomotricidad es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que lleva a centrar su actividad e investigación sobre el movimiento y el acto. Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. El objetivo, por consiguiente, de la psicomotricidad es “aumentar la capacidad de interacción del sujeto con el entorno".
Rol terapéutico psicomotor
Desde el pensar, el Psicomotricista va a tener en cuenta toda la información teórica y las conceptualizaciones que le permitan una mayor comprensión y operatividad en la situación terapéutica; sea desde su campo específico como de aquellos otros, conexos, que puedan aportarle nuevos conocimientos.
Desde el sentir, sabemos que existe un compromiso afectivo en toda situación terapéutica que se torna fundamental.
El cuerpo del Psicomotricista
El cuerpo del Psicomotricista es un verdadero organizador para el niño tal como lo fue el cuerpo primordial de su madre en sus primeras experiencias con el mundo exterior.

Es un objeto de identificación y un escenario sobre el cual el paciente puede proyectar sus fantasías.

Désobeau dice que el cuerpo positivo es el cuerpo revelado por el otro, de lo cual nace su potencial de riquezas sensoriales y su potencial de acción.

Esta psicomotricista francesa señala que El niño vive intensamente el cuerpo del terapeuta y puede identificarse con él a través de las actitudes que él toma y él recrea, lo que le permitirá alcanzar algún día su propia identidad.

El proceso de identificación con el adulto comienza a partir de un conjunto de estímulos: la presencia, el rostro, el gesto, el desplazamiento; los que forman complejos significativos en los cuales se proyecta el niño.
La actitud del Psicomotricista
Una actitud terapéutica de respeto, continuidad, sostén, cuidado, sintonizada con las necesidades del paciente .Un aspecto importante de esta actitud terapéutica es no ser intrusivos. Siendo empáticos nos conectamos con la necesidad del paciente. Siendo intrusivos nos conectamos con nuestra propia necesidad.
La actitud también se patentiza en el gesto, desde el cual el terapeuta muestra y se muestra. En los gestos espontáneos, voluntarios, estereotipados e inconscientes, se expresa nuestro mundo interno. De ahí la importancia de la estabilidad y el registro de la propia gestualidad en el proceso terapéutico.
Vemos en la clínica, que la postura del cuerpo del paciente es una clave a comprender, pues en ella aparece el conflicto; creemos que en el cuerpo del terapeuta, la postura debe ser depositaria, albergue y expresión de su actitud y aptitud, es decir, de su disposición y capacidad para asumir el rol.
La mirada del Psicomotricista
Soy mirado, luego soy dice Winnicott, y señala que en el desarrollo emocional, el precursor del espejo es el rostro de la madre. Si la función materna es la adecuada el bebé se refleja, se ve en el rostro y en la mirada de la madre.
La calidad de la mirada del otro, en nuestro caso, la mirada del terapeuta psicomotor, legitima, dona credibilidad, espacio y tiempo para experimentar.
Si nuestra mirada no humilla, no critica, no fiscaliza, no va a significar al otro desde la impotencia.

Si nuestra mirada acepta, permite, sostiene, espera, valora y alienta, le dona al otro el espacio para ser en su cuerpo.
Cuántas veces escuchamos el pedido: Mirame, mirame... mirá como lo hago... mirá como me sale... mirá como salto... mirá como puedo... si no me mirás no vale. Y cuántas sentimos la importancia, el peso de nuestra mirada en el desencadenamiento del proceso terapéutico.

Aspectos lúdicos e instrumentales

Winnicott dice: la terapia se realiza en la superposición de las dos zonas de juego, la del paciente y la del terapeuta. Si el terapeuta no sabe jugar, no está capacitado para su función.
Su función, es la de facilitar al niño la producción de significantes que lo representen, que le den un cuerpo, que le permitan la libertad de ser creador, de descubrirse como persona, y por consiguiente, de ocupar un lugar en el mundo.
La actitud lúdica del terapeuta se reflejará en la acción y en propuestas que tienen que ver con la totalidad de su persona, poniendo en juego sus propios elementos imaginarios, afectivos e intelectuales; los que están íntimamente relacionados con los aspectos instrumentales, específicos de nuestra actividad.
Cuando decimos aspectos instrumentales no nos referimos sólo a lo motor, sino que incluímos aquellos que tienen que ver con la representación, la simbolización, la verbalización.

El carácter instrumental surge de la praxis.
Entre los recursos más corrientes de la clínica psicomotriz, podemos mencionar: el juego (simbólico, deportivo, de competencia, dramático, de armados y encajes,
etc.); las actividades sensoriomotrices y de exploración del cuerpo, el espacio y los objetos; las actividades grafoplásticas; la relajación; la reflexión.

Estos recursos, utilizados con creatividad y operatividad, serán junto con la actitud lúdica, ejes centrales de la tarea psicomotriz.
EL MOVIMIENTO
Para la realización de cualquier movimiento o acción corporal, es preciso la participación de los músculos del cuerpo, hace falta que unos se activen o aumenten su tensión y otros se inhiban o relajen su tensión. La ejecución de un acto motor voluntario, es imposible si no se tiene control sobre la tensión de los músculos que intervienen en los movimientos.
"La actividad tónica consiste en un estado permanente de ligera contracción en el cual se encuentran los músculos marcados. La finalidad de esta situación es la de servir de telón de fondo a las actividades motrices y posturales". La actividad tónica es necesaria para realizar cualquier movimiento y está regulada por el sistema nervioso. Se necesita un aprendizaje para adaptar los movimientos voluntarios al objetivo que se pretende.
La conciencia de nuestro cuerpo y de su control depende de un correcto funcionamiento y
dominio de la tonicidad.
La actividad tónica está estrechamente unida con los procesos de atención, de tal manera que existe una estrecha interrelación entre la actividad tónica muscular y la actividad tónica cerebral. Por tanto, al intervenir sobre el control de la tonicidad intervenimos también sobre el control de los procesos de atención, imprescindibles para cualquier aprendizaje
Para desarrollar el control de la tonicidad se pueden realizar actividades que tiendan a proporcionar al niño o a la niña el máximo de sensaciones posibles de su propio cuerpo, en diversas posiciones (de pie, sentado, gatas), en actitudes estáticas o dinámicas (desplazamientos) y con diversos grados de dificultad que le exijan adoptar diversos niveles de tensión muscular.

EL EQUILIBRIO
El sentido del equilibrio o capacidad de orientar correctamente el cuerpo en el espacio, se consigue a través de una ordenada relación entre el esquema corporal y el mundo exterior. El equilibrio es un estado por el cual una persona, puede mantener una actividad o un gesto, quedar inmóvil o lanzar su cuerpo en el espacio, utilizando la gravedad o resistiéndola.
El equilibrio está vinculado directamente con los siguientes sistemas:
  El sistema laberíntico.
  El sistema de sensaciones placenteras.
  El sistema kinestésico.
  Las sensaciones visuales.
  Los esquemas de actitud.
  Los reflejos de equilibración.
  Espacio, utilizando la gravedad o resistiéndola.
CONCIENCIA CORPORAL:
La conciencia corporal es el medio fundamental para cambiar y modificar las respuestas emocionales y motoras. Aunque se debe tener en cuenta que se entra en un proceso de retroalimentación, puesto que el movimiento consciente ayuda a incrementar a su vez la conciencia corporal y la relajación.
Los fundamentos de la conciencia corporal, del descubrimiento y la toma de conciencia de sí son:
  Conocimiento del propio cuerpo global y segmentario.
  Elementos principales de cada una de las partes su cuerpo en sí mismo y en el otro.
  Movilidad-inmovilidad.
  Cambios posturales. (Tumbado, de pie, de rodillas, sentado,...)
  Desplazamientos, saltos, giros. (De unas posturas a otras.)
  Agilidad y coordinación global.
  Noción y movilización del eje corporal.
  Equilibrio estático y dinámico.
  Lateralidad.
  Respiración.
  Identificación y autonomía.
  Control de la motricidad fina.
  Movimiento de las manos y los dedos.
  Coordinación óculo manual.
  Expresión y creatividad.
  Desarrollo expresivo de sentidos y sensaciones.
Para llegar a tener un desarrollo óptimo de la conciencia corporal se deben de tener en cuenta los siguientes aspectos: Tomar conciencia del cuerpo como elemento expresivo y vivenciado. Conocer, desarrollar y experimentar los elementos de la expresión: espacio, tiempo y movimiento y todas sus combinaciones. Conocer, desarrollar y favorecer la comunicación intra-personal, interpersonal, intra-grupal e intergrupal. Trabajo en grupo. Vivenciar situaciones que favorezcan el auto-conocimiento, la percepción, sensibilización, desinhibición, un clima de libertad y creatividad.
De manera general se puede decir que con un adecuado desarrollo de estos tres importantes elementos de la psicomotricidad no sólo se logrará un buen control del cuerpo, sino que también brindará la oportunidad de desarrollar diversos aspectos en el ser humano, tales como las emociones, el aprendizaje, sentimientos, miedos, etc.

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