TEMA 12 DE NOVIEMBRE
FACTORES NECESARIOS PARA LA
ADQUISICIÓN DE LA LECTOESCRITURA
RESUMEN
El aprendizaje de la lectura y la escritura es uno de
los aprendizajes más difíciles a que se va a someter el escolar de seis años,
por lo que necesita de cierta madurez en diferentes áreas para llevar a cabo
dicho aprendizaje. Si no existen las condiciones necesarias para enfrentarlo el
escolar estará expuesto al fracaso, miedo, ansiedad, frustración que atentarán
contra el éxito de su aprendizaje; no solo de la lectoescritura sino en el
resto de las áreas de conocimientos. Exponemos en el presente trabajo un
análisis de estos factores, teniendo en cuenta que el dominio de la lengua
escrita constituye una herramienta esencial para el manejo del mundo por los
seres humanos.
Palabras
claves: adquisición,
lectoescritra, nivel madurativo, percepción, lenguaje, psicomotricidad.
INTRODUCCIÓN
El lenguaje surge y se desarrolla en el proceso de
trabajo, producto de la necesidad que tuvieron los hombres de comunicarse entre
sí, es un fenómeno de carácter social. Su surgimiento y desarrollo hicieron
posible la generalización de la experiencia y la aplicación de esta en la
práctica, capacidad exclusiva del hombre, que le permite la comunicación entre
los individuos.
Es el lenguaje, el que permite al hombre alcanzar el peldaño superior del
conocimiento, llamado peldaño del conocimiento lógico, sin el cual el hombre se
diferenciaría bien poco de los animales.
Los hombres se expresan, intercambian ideas y son comprendidos en la mayor
parte de los casos a través de la comunicación oral.
La forma que históricamente apareció después del lenguaje oral, fue el lenguaje
escrito; que a diferencia del lenguaje oral surge de forma consciente y en él
que participan tres analizadores: motor verbal, auditivo verbal y con gran
importancia el analizador visual.
El lenguaje escrito supera al oral en cuanto a funcionabilidad y complejidad,
su base psicofisiológica es el resultado de la reorganización del mismo sistema
funcional.
Está representado por dos procesos: lectura y escritura, los cuales utilizan
los mismos códigos, la grafía y ambos aunque se diferencian se autocondicionan,
permitiendo uno la realización del otro.
El lenguaje escrito al principio no constituye (como el oral) un medio de
comunicación, pues el niño dedica toda su atención al dominio de la técnica de
lectoescritura. Solamente después del año y medio o dos años es que se utiliza
como medio de comunicación, donde el niño es capaz sus ideas mediante el mismo.
Abordando la importancia de estos dos procesos podemos ver, que el aprendizaje
de los mismos ocupa un lugar predominante dentro de las materias escolares, por
ser la base del resto de las enseñanzas que se imparten, permitiendo el
desarrollo de habilidades y hábitos fundamentales para la realización de los
estudios que debe acometer el escolar.
Para el aprendizaje de lectoescritura, sucede lo mismo que con cualquier otro
aprendizaje, es necesario que el niño alcance una madurez, sin la cual no se
puede iniciar dichas tareas. Esta madurez sería posible solo con la
actualización de los factores que intervienen en la adquisición y desarrollo de
lectoescritura.
Los maestros, en ocasiones cometemos el error de llevar al escolar a
enfrentarse al aprendizaje de la lectoescritura sin tener las condiciones para
acometer dicho aprendizaje, provocando problemas al leer y escribir que
contribuyen a la repitencia, al fracaso escolar y a la desmotivación por el
estudio, con repercusión desfavorable en el resto de las asignaturas.
De ahí la importancia de crear las condiciones necesarias para acometer dicho
aprendizaje, para lograr de forma exitosa su adquisición y desarrollo.
DESARROLLO
El lenguaje oral se desarrolla como consecuencia de la
necesidad que tiene el niño de participar en la actividad conjunta con el
medio, para comunicarse en este; en la génesis del lenguaje escrito no se
encuentra este motivo social, pues su etapa inicial esta centrada en la
adquisición de la técnica lingüística, lo que ocupa la atención del niño. A
diferencia del lenguaje oral, que transcurre de forma automática y sin análisis
consciente de la composición de los sonidos, el lenguaje escrito constituye
desde su inicio una actividad organizada y voluntaria, con un análisis
consciente de los sonidos que lo forman.
El lenguaje escrito lleva al niño al nivel más abstracto del lenguaje.
Precisamente por esto L. S. Vigotski señaló que el lenguaje escrito es el
álgebra del lenguaje.
Luria lo consideró como un nuevo y poderoso instrumento del pensamiento, con
más posibilidades en ocasiones, que el lenguaje oral.
¿Cómo se lleva a cabo?
·
Mecanismo
psicológico de la lectoescritura.
La estructura psicofisiológica de la escritura y de la
lectura, está representada por dos niveles:
I El nivel sensomotor que garantiza la técnica de los procesos, o sea, saber
leer y saber escribir.
II El nivel semántico que garantiza que el lenguaje escrito se convierta en una
forma especial de la actividad verbal, es decir, en un medio de comunicación.
Niveles de la escritura. El primer nivel está representado
por diferentes eslabones:
·
El análisis
de la composición sonora de la palabra: distinguir o extraer los sonidos
aislados, convertirlos en fonemas estables, dándole su orden y sucesión en la
palabra.
·
Correlacionar
cada sonido aislado con la grafía correspondiente: codificar la
imagen auditiva en imagen visual (relación fonema – grafema).
·
La
recodificación de la imagen visual de las letras en los rasgos
gráficos
correspondientes, que se realiza mediante una serie de movimientos consecutivos
de la mano.
En este nivel se garantiza la copia y el dictado.
El segundo nivel, el semántico, es el que permite la realización espontánea de la
escritura, respondiendo a una idea o un motivo surgido, haciendo uso de códigos
semánticos, sintácticos y gramaticales.
En este aspecto se debe señalar qué papel desempeñan en el proceso de
escritura, el analizador auditivo, la articulación, la imagen visual de las
letras (analizador visual) y los hábitos motores (analizador motor).
La escritura comienza a partir de la tarea que se propone el mismo niño o le
sitúa el adulto. En estos casos el niño debe elaborar la oración, recordarla,
conservar el orden necesario no solamente conservar la idea en la memoria, sino
también convertirla en una estructura detallada en forma de oración y conservar
determinado orden en las palabras.
Este análisis de la composición sonora de la palabra es muy importante en la
escritura, es necesario distinguir las primeras sílabas y las que siguen, los
primeros sonidos y los que le suceden. Esto es más fácil en las sílabas
directas, pero es más complicada en las inversas y las directas dobles.
El proceso de la escritura necesita de la precisión de la composición sonora de
la palabra que se escribe, lo cual se logra mediante su pronunciación en voz
alta o para sí. La misma permite precisar la composición sonora de la palabra,
diferenciar y precisar el orden que ocupen los sonidos; es decir, que la
pronunciación es el componente motor del análisis sonoro.
La lectura comienza por la percepción del
conjunto de letras, se realiza a través de la decodificación de los grafemas en
fonemas y termina con el reconocimiento del significado de las palabras.
El primer nivel está representado también por
eslabones:
·
Percepción del complejo de letras y análisis de su significado
acústico
convencional (a cada letra le corresponde un sonido).
·
Recodificación
de las letras en sonidos. Asociar la imagen gráfica a los sonidos correspondientes.
·
Selección de
los articulemas y la unión de sonidos en sílabas, de sílabas en
palabras que se retienen en la memoria operativa para comprobar la hipótesis
cuando se ha automatizado el hábito.
Este nivel permite realizar al niño, la lectura de un
texto y solo se basa, hasta este momento, en el dominio de la técnica (saber
leer). Cuando este hábito se ha automatizado y el niño pasa al segundo nivel
(realización semántica), la lectura se convierte en una forma de actividad
verbal, en un medio de comunicación.
La segunda operación está determinada por la correspondencia de los fonemas a los esquemas
gráficos visuales, es decir,
a las grafías.
Luria A, R señalaba que esta actividad es vencida con relativa facilidad por
los escolares y solamente presenta dificultades en los casos de letras
parecidas en los cuales se requiere una correcta organización espacial.
(Figueredo Escobar, Ernesto, 1982)
Al igual que la escritura, la lectura es un proceso analítico – sintético. En
las primeras etapas del aprendizaje de la lectura, esta comienza por la
percepción de las letras y el análisis de su significación sonora, luego viene
la unión de sonidos y letras en sílabas y luego estas en palabras.
El acto psicológico de la lectura se modifica en la medida en que se
automatizan los hábitos de lectura. El análisis sonoro – grafemático de las
letras aisladas y su unión en sílabas, en palabras, en oraciones.
El lenguaje escrito representa un hecho sociocultural que sitúa al hombre en
una dimensión social nunca vista, es por tanto una herramienta formidable que
lo conduce a elevarse como ser humano, si no existen obstáculos que limiten el
devenir de su desarrollo.
El proceso de aprendizaje de lectoescritura tiene lugar a partir de una serie
de premisas básicas, por lo que desde las etapas precedentes debe realizarse un
trabajo preventivo que garantice el desarrollo de un equilibrio emocional
adecuado, para facilitar el acceso a los códigos de las distintas etapas de
aprendizaje.
Se hace necesario la creación de una serie de condiciones que permiten la
realización de funciones sensoriales y motrices imprescindibles para percibir
los signos dispuestos ordenadamente de izquierda a derecha, estableciendo la
correspondencia entre sonido lingüístico y grafemas, sintetizarlos en sílabas y
palabras, abstraer su significado y reproducir los signos mediante la actividad
psicomotriz.
La doctora María Luisa Nieve en su trabajo titulado Entorno a los procesos de
lectura y escritura plantea que:
“la adquisición de la técnica de la lectoescritura
exige del desarrollo en el niño de una serie de capacidades y habilidades
mentales, sensoriales y motrices que en su mayoría no se desarrollan
suficientemente de manera espontánea y que ofrecen considerables dificultades
aún cuando su desarrollo se produzca de forma dirigida a través de un proceso
de aprendizaje y ejercitación especialmente organizados”.
Es conocido que para lograr la correcta ejecución de
los actos de leer y escribir, deben desarrollarse previamente en el escolar
capacidades para la discriminación visual y auditiva, la percepción de las
formas, la memoria visual y auditiva, la atención voluntaria, la pronunciación,
la resistencia a la fatiga, el control muscular, el aspecto léxico-semántico
del lenguaje oral a un grado tal que permita relacionar la palabra con su
significado y con un considerable desarrollo mental, fisiológico general,
muscular y óseo.
Pensemos en las series de factores que debe desarrollar un gimnasta para el
dominio de una técnica o para el dominio de uno de los aparatos típicos de este
deporte (caballo de salto, barra de equilibrio…). No se le ocurre a ningún
entrenador comenzar el trabajo en uno de estos aparatos sin antes no haber
logrado el desarrollo de ciertas habilidades, sin la cual no se garantiza el
éxito del mismo.
A estos momentos óptimos, en que el individuo desde el punto de vista
evolutivo, posee todos los requisitos que le permitan realizar fácilmente el
aprendizaje, se le denomina nivel madurativo.
¿Qué se entiende por nivel madurativo?
En un proceso mediante el cual se adquiere un cierto nivel evolutivo, que
facilita la actualización de una función (en este caso la adquisición y
desarrollo de la lectura y la escritura) que se va a desempeñar.
Al principio el concepto de maduración, era puramente biológico, pero se ha
analizado que este solo explica procesos fisiológicos. Sin embargo, existen
otros procesos que encierran principalmente un componente psíquico, rebasando
por tanto el concepto biológico y analizándose una maduración biopsicosocial
(biológica, psicológica y social).
Con respecto al aprendizaje de la lectura y la escritura, es necesario que el
escolar alcance una madurez, sin la cual no se pueden iniciar dichas tareas, y
esta madurez sería posible solo con la actualización de los factores que
intervienen en la adquisición y desarrollo de ambos.
Como analizamos anteriormente, no se puede iniciar ningún aprendizaje sin que
las condiciones que lo hacen posible presenten el nivel madurativo necesario
para ello.
Cuáles son las condiciones o factores que se deben desarrollar para alcanzar el
nivel madurativo para la adquisición y desarrollo de la lectura y la escritura.
Tenemos en cuenta el desarrollo de 5 factores
- Lenguaje.
- Nivel mental.
- Perceptivo.
- Psicomotriz.
- Factores emocionales.
Cuando exista un desarrollo adecuado de estos
factores, se estará en presencia del nivel madurativo necesario para la
adquisición de estos procesos.
Por consiguiente ninguna enseñanza deberá comenzar antes de haberse conseguido
dicha madurez, ya que supondría un esfuerzo por encima de las posibilidades
reales del escolar, lo que podría provocar frustraciones, así como rechazo a
las tareas escolares. Desde las etapas precedentes debe realizarse un trabajo
preventivo que garantice el acceso a los códigos del lenguaje escrito.
Aunque son aspectos distintos, su evolución no se produce de un modo aislado,
sino que se dan simultáneamente, existiendo una interrelación entre ellos.
A continuación abordaremos cada uno de estos factores.
·
Lenguaje
El lenguaje escrito significa la conquista de un
segundo lenguaje, más difícil y que exige un mayor esfuerzo que el lenguaje
oral. El saber leer y escribir supone del conocimiento de una serie de signos y
símbolos, el lenguaje oral, que es básico y esencial para la adquisición del
otro.
Cuando se quiere expresar una idea, hay que saber articular los sonidos que lo
hagan comprensible a los demás, cuando se oye una serie de sonidos articulados
hay que saber captar su significado. Sin este requisito no se puede aprender
que a cada sonido le corresponde un signo gráfico que lo representa.
El aprendizaje inicial de la lectura y la escritura presupone un determinado
nivel de preparación del lenguaje de los escolares.
La formación del lenguaje oral es un acto inconsciente: a los 3 meses el niño
emite sonidos articulados distintos al llanto (juego fonético y va dominando
gradualmente el aparato de fonación), a los 9 meses emite sonidos que varían
según el ambiente exterior (papá-mamá), va imitando y adquiriendo un valor
representativo (proceso intelectual) al año o año y medio puede expresarse de
10 a 15 palabras de forma aislada. A los 2 años nombra objetos del medio. A los
3 años, el vocabulario aumenta rápidamente para alcanzar un promedio de casi
1.000 palabras y tiene lugar el desarrollo del lenguaje comunicativo (se
incorporan pronombres, participios y gerundios). Hacia los cuatro o cinco años,
ya su lenguaje se enriquece significativamente; pero el niño no conoce los
medios que utiliza para producir su lenguaje, el estudio de las estructuras
gramaticales, esto lo comienza a conocer cuando adquiere el lenguaje escrito.
La percepción auditiva le permite le permite captar e ir discriminando los
estímulos acústico de la estructura fonemática del lenguaje que se oye en su
entorno. Ya en la tercera o cuarta semana de vida, en el niño aparece la
precisión auditiva no solo al estímulo sonoro fuerte, sino al lenguaje del
adulto. Sin embargo, es evidente que la existencia de esta capacidad sensorial
para la percepción de los sonidos es insuficiente para la comprensión del
lenguaje debido a su estructura extremadamente compleja. Al principio el niño
percibe el lenguaje por la vía de la captación rítmica melódica de las
palabras, son capaces de dar respuesta al colorido emocional, ya hacia el final
del segundo año es capaz de discriminar palabras que se diferencian por un
fonema. Sobre esta base tiene lugar la asimilación del vocabulario activo y la
pronunciación correcta de las palabras. En el lenguaje desempeña un gran papel
el desarrollo del oído fonemático. El desarrollo de este asegura la
pronunciación exacta, clara y correcta de todos los sonidos de la lengua
materna.
Por otro lado, A.R Luria y otros investigadores señalan que el desarrollo del
lenguaje condiciona un nivel superior en la formación de las representaciones
fonemáticas, lo que a su vez sienta las bases para el aprendizaje de la lectura
y la escritura.
El alto grado de desarrollo del oído fonemático primario no implica que el niño
sea capaz de solucionar tareas que impliquen formas superiores de análisis, de
forma espontánea. El oído fonemático tiene como función el análisis y síntesis
de los sonidos verbales, y sobre la base de ellos se diferencia una palabra de
otra. Esta es una habilidad a desarrollar de forma dirigida a partir de los 5 o
6 años de edad según la mayoría de los investigadores.
El desarrollo del análisis sonoro de las palabras en la edad preescolar es una
condición importante para lograr un aprendizaje exitoso de la lectura y
escritura.
El desarrollo del lenguaje, tiene una gran importancia al comienzo de la vida
escolar y una gran responsabilidad en el aprendizaje de la lectoescritura; pues
lo que se expresa por escrito no es más que aquello que se conoce, piensa o
supone, y se hace de la forma y con las palabras que se dominan. Un buen
desempeño en la lectoescritura no solo depende de un buen control muscular y de
la capacidad de reproducir las formas y rasgos en el papel, sino de que se
tengan suficientes recursos para expresar una idea, una pronunciación correcta
redundará en una buena expresión escrita y la riqueza del vocabulario permitirá
un buen desarrollo de su pensamiento.
·
Nivel Mental
Se plantea que la edad mental adecuada para que el
niño aprenda a leer y escribir está comprendida entre 5 – 7 años.
La inteligencia de un niño pequeño al principio es de tipo práctico,
fundamentada en su actividad psicomotriz. Con la imitación posterior, aparece
un pensamiento representativo y ya a los 4 años es capaz de evocar y
representar acciones; el lenguaje le ayuda a estructurar su pensamiento y poco
a poco su inteligencia adquiere un carácter operativo, que no depende de
circunstancias y situaciones concretas.
Esta adquisición será lenta y fundamental para la enseñanza de la lectura y la
escritura, pues en ella intervienen operaciones fundamentales de análisis y
síntesis, generalizaciones y abstracciones. Sólo a través de la actividad
analítica podrá descomponer los elementos que componen las palabras hasta sus
elementos básicos (fonemas y grafemas) y de éstos volver a la síntesis de
sílabas y palabras.
·
Desarrollo perceptivo
Por su importancia en el aprendizaje de la lectura y
la escritura, abordaremos la percepción visual, auditiva, espacial y temporal.
En la edad preescolar la percepción infantil se caracteriza por falta de los
detalles y saturación emocional. Es en este periodo donde ocurre un desarrollo
intenso y existe un perfeccionamiento de su orientación en las propiedades y
relaciones externas de los fenómenos y objetos en el espacio y en el tiempo.
Cualquier actividad intelectual exige una comprensión del significado de la
interrelación existente entre el espacio y el tiempo, la lectura y la escritura
se desarrollan en un tiempo y un espacio determinado. En la percepción
espacial, las primeras
representaciones sobre las direcciones del espacio asimilados por el niño están
relacionados con su propio cuerpo. El niño de edad preescolar una vez que tenga el
conocimiento de su esquema corporal, podrá organizar las relaciones entre los
objetos exterior a él, estas relaciones se dan en grupos opuestos: alto – bajo,
delante – detrás, cerca – lejos, dentro – fuera, derecha – izquierda. Este
espacio es la hoja de papel, donde estos elementos necesitan dominarse para su
ejecución.
Según Piaget (el niño entre los 5 y 8 años acabará de reconocer su izquierda y
su derecha, entre 8 y 11 años las considerará desde el punto de vista de los
otros y de su interlocutor, pero sólo entre 11 y 12 años llegará a considerar
una izquierda y una derecha en las mismas cosas).
La percepción temporal, es la que más tardía aparece en el niño. El fenómeno
es subjetivo y solo en los primeros años de escolaridad se logra comprender. Se
tendrá en cuenta la sucesión de los días, de los meses, contribuyendo esto al
desarrollo de la lectura y la escritura, pues estas se basan en un ordenamiento
temporal, según el plano del papel siguiendo una dirección determinada
(izquierda – derecha) y una sucesión de letras y palabras.
De todo lo anteriormente analizado, radica la importancia que tiene el
desarrollo adecuado de la percepción y estructuración espacio – temporal, para
el aprendizaje del lenguaje escrito, pues este se fundamenta principalmente en
una actividad de tipo perceptivo – motriz.
La percepción visual (forma – tamaño –color), en las primeras etapas
aparece la percepción del color, formas, tamaños, sonidos.
La percepción auditiva, abordada anteriormente, la diferenciación de
sonidos. El desarrollo de los procesos fonemáticos constituidos por el oído
fonemático y la percepción fonemática, ambos procesos son fundamentales para la
asimilación del aspecto sonoro del lenguaje. Las dificultades que se presenten
en el desarrollo de los procesos fonemáticos y de la atención auditiva, inciden
negativamente, en la iniciación del aprendizaje de la lectura y la escritura,
ya que traen consigo dificultades en la pronunciación, lo que repercute en las
actividades de análisis fónico ya que para este, se necesita de una correcta
pronunciación de los sonidos y palabras.
La distinción y conocimiento de letras exige el dominio de estas percepciones
elementales como base para su aprendizaje.
·
Desarrollo Psicomotriz
Jean Piaget, aborda la importancia de la
psicomotricidad durante el desarrollo del niño en sus primeros años de vida.
Afirma que la inteligencia se construye a partir de la actividad motriz del
niño y en los primeros años de su desarrollo no es otra que la inteligencia
motriz.
La esfera motriz constituye uno de los factores fundamentales en el desarrollo
del niño. Teniendo en cuenta las características del desarrollo psicomotriz del
niño hasta los 3 años se establecen los siguientes estadíos:
-Estadío de impulsividad motriz: los actos son simples descargas
-Estadío emotivo: las primeras emociones se manifiestan por el tono muscular o
función postural.
-Estadío sensoriomotor: aparece una coordinación mutua de las diversas
percepciones (marcha, formación del lenguaje).
-Estadío proyectivo: la movilidad se hace intencional orientada hacia un
objeto.
En el periodo de 3 a 6 años las adquisiciones psicomotrices más importantes son
la toma de conciencia del propio cuerpo y afirmación lateral, con la
orientación a sí y al mundo exterior.
-Toma de conciencia del propio cuerpo.
El descubrimiento del propio cuerpo es el primer paso del proceso evolutivo que
termina con la representación de sí como persona, esto no depende únicamente
del desarrollo cognoscitivo de la percepción, sino de los aportes del lenguaje
que le ayuda a precisar los conceptos; estableciendo la distinción entre su yo
y el mundo exterior.
-Afirmación del predominio lateral.
Es el resultado del predominio de un lado del cuerpo sobre otro, clasificándose
en: Diestro (predominio del lado derecho), zurdo (predominio del lado zurdo),
ambidiestro (cuando no existe predominio y se utiliza indistintamente).
El niño al nacer no presenta un dominio lateral determinado, comienza a
marcarse el dominio de un lado sobre otro entre los 18 y 24 meses; hasta los 5
años se va definiendo la lateralidad y solo a los 6 años el niño está
lateralizado (en algunos casos).
En la adquisición de la lectoescritura el niño debe integrar los complejos
mecanismos el desarrollo psicomotor que incluyen el manejo del lápiz, la
reproducción de los rasgos de las letras, el movimiento de los ojos de
izquierda a derecha y viceversa, la coordinación óculo-manual.
El desarrollo adecuado de estos mecanismos tiene como base la integración de la
coordinación visomotriz y la dinámica del movimiento. La coordinación ojo-mano
comienza a desarrollarse entre los 2 y 4 meses. Así empieza una etapa de
práctica llamada "ensayo y error", que sucede al ver los objetos y
tratar de agarrarlos con las manos. A los 5 años, están preparados para cortar, pegar
y trazar formas. Sus dibujos tienen trazos definidos y formas identificables.
Al final del 7 año de vida se observa ya un ritmo normal en todos los
movimientos y una precisión de los gestos y movimientos finos en general.
Los elementos de la psicomotricidad se desarrollan paralelamente a las
funciones afectivas e intelectuales (pensamiento, lenguaje, memoria, atención).
Podemos precisar que una evolución normal de la psicomotricidad, influye de
forma decisiva en todos los aprendizajes de tipo manipulativo, y de modo
marcado en el aprendizaje de la lectura y la escritura. Un adecuado desarrollo
psicomotriz le entrega al niño la facilidad de conocer el mundo y su propio
cuerpo, esto le otorga la capacidad a futuro de poder ejercer la escritura y la
lectura más fácilmente puesto que posee un dominio del ambiente donde se
desenvuelve.
·
Factores emocionales
Conjuntamente a la evolución física se da la evolución
afectiva. El niño pasa por una serie de etapas madurativas a través de las
cuales se va configurando su personalidad.
En los primeros años se destacan dos rasgos fundamentales: inseguridad y
ansiedad.
El niño vive una relación parasitaria con la madre. Pero a medida que crece,
por un lado va necesitándola menos y por otro su desarrollo intelectual también
lo va separando.
Hacia los dos años y medio viene una fase de oposición (el niño hace lo
contrario de lo que le dicen) se vuelve caprichoso, terco, difícil de manejar.
A los tres años el niño se da cuenta de que su madre tiene existencia propia.
Entre los tres – cinco años el niño aprende a querer a su madre sin confundirse
con ella. Va integrándose a un ambiente escolar.
Su misión principal debe ser la habituación social y la etapa preparatoria para
la integración escolar. El papel de la motivación es en este momento
importante, pues hará que el niño emprenda un nuevo tipo de actividad con una
disposición afectiva desfavorable o favorable, lo que marcará con un signo u
otro su enseñanza.
Los seis años, es el momento idóneo para iniciar la escolaridad básica desde
todos los puntos de vista, el niño está en las mejores condiciones para emprender
una serie de aprendizaje de modo sistemático, ya el niño ha terminado el
proceso de identificación con los padres por lo que goza de una cierta
tranquilidad.
Cuado todos estos factores anteriormente analizados adquieran un adecuado
desarrollo, estaremos en presencia de las condiciones óptimas para emprender al
aprendizaje de la lectura y la escritura.
CONCLUSIONES
El aprendizaje de la lectoescritura constituye uno de
los contenidos del proceso de aprendizaje de la educación infantil que mayor
trascendencia para la vida de un niño. No aprender a leer o tener dificultad
tiene un efecto negativo no solo sobre el aprendizaje del resto de las
materias, sino también sobre el desarrollo integral, pues le impide apropiarse
del conocimiento y la cultura que están plasmados en las mismas.
Contar para ello de las condiciones necesarias para su adquisición, es
condición indispensable para lograr éxito en su desarrollo. Estos factores
deben ser desarrollados en períodos anteriores, que permita alcanzar un nivel
madurativo, para llevar a cabo dicho aprendizaje.
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